Abril 25th, 2022 by Diego Marrero
En los últimos años, el retorno de los mercados financieros fue altamente estimulado por un contexto denominado goldilock. Ahora nos encontramos en un ciclo económico distinto.

En el contexto goldilock las condiciones eran propicias para un crecimiento económico moderado, pero no lo suficientemente alto como para generar inflación. Los estímulos fiscales y monetarios eran muy bien asimilados. Con ello, los mercados financieros subieron al ritmo de los estímulos.
Por el lado fiscal, estuvo la gigantesca reducción de impuestos de Trump y, luego, los sucesivos programas de gasto de Biden, que sumaron más de US$6,5 millones de millones (31% de su PBI).
Por el lado monetario, además de la prolongada política de tasas de interés de 0%, la FED inyectó más de US$4,8 millones de millones mediante la compra de activos financieros. Ello fue la principal explicación de la subida del índice bursátil S&P en más de 100%.
Un ciclo económico distinto
Actualmente nos encontramos en un ciclo distinto, en el que todos estos estímulos, sumado a muchos otros factores de oferta generados por la escasez relativa de ciertos commodities y la disrupción en la cadena productiva global, han generado un importante rebrote inflacionario que parece que llegó para quedarse un buen tiempo.
En este nuevo ciclo económico deberíamos esperar lo siguiente:
Un mayor nivel de inflación
En primer lugar, por una prolongada escasez de commodites. La tendencia de subinversión en exploración minera y energía fósil generada por políticas que buscan proteger el medio ambiente, .
Con ello, el desbalance entre la oferta y la demanda de metales y energía se mantendría por un largo periodo, lo cual podría magnificarse aún más en el momento en que China deje su estado de cuarentena post-COVID-19.
En segundo lugar, por una reorganización de las cadenas productivas globales hacia nuevos destinos. Tanto el COVID-19 como el conflicto Rusia – Ucrania han demostrado la fragilidad de la cadena productiva. Esto está motivando que muchos países prioricen la seguridad estratégica más que la eficiencia, lo cual encarecerá la producción de muchos bienes de consumo.
Un abrupto retiro de estímulos económicos
Por el lado fiscal, es muy poco probable que el Senado de Estados Unidos vuelva a aprobar algún paquete adicional de estímulos. No solo para no incentivar una mayor inflación, sino porque es altamente probable que el próximo Senado sea republicano, partido que suele limitar mucho el gasto público.
Por el lado monetario, la FED ya anunció su intención de normalizar su política monetaria.
Un menor crecimiento económico
Ello producto de la menor actividad comercial global y la detracción que podría generar el retiro de los estímulos monetarios.
Un menor rendimiento esperado de muchos activos financieros
Especialmente de aquellos cuya subida en el pasado se incentivó por los estímulos económicos, como por ejemplo las acciones tecnológicas y los bonos de alta calidad crediticia.
Para armar un portafolio de inversión, es vital considerar que nos encontramos en un nuevo ciclo económico, por ello es necesario adaptar la estructura del portafolio a este nuevo contexto para proteger el valor y generar crecimiento.
Columna de opinión publicada en el diario “El Comercio”
Marzo 29th, 2022 by Diego Marrero
Todo parece indicar que la inflación llegó con fuerza y para quedarse: un espiral inflacionario. ¿Cuáles son las principales razones que podrían explicar su permanencia?

Conócelas aquí:
Cadena productiva global
En primer lugar, luego de las extendidas cuarentenas y la inmensa cantidad de dinero que se inyectó en la economía global producto del COVID-19, la recuperación se dio; pero ahora estamos sufriendo las graves secuelas económicas que esta pandemia dejó.
Por un lado, el cierre forzado de las economías y del comercio global demostraron lo frágil que era la cadena productiva global y su fractura no solo permanece, sino además no se ve una solución en el corto plazo.
El ejemplo más claro de lo comentado es el de los semiconductores. Aún con toda la millonaria inversión que se está haciendo en desarrollo, los grandes productores de semiconductores no han sido capaces de satisfacer la demanda y con ello arrastra la subproducción de muchos componentes electrónicos, automóviles, etc.
Subinversión en energías fósiles y en minería
En segundo lugar está la tremenda subinversión a nivel global en energías fósiles y en minería.
Por un lado, la tendencia global de implementar a toda costa energía renovable generó un desvió de recursos desde la industria de exploración petrolera hacia el desarrollo de energías limpias.
Energías como la solar o la eólica, las cuales hasta el momento no han dado los resultados esperados. Ello ha significado una fuerte disminución en la oferta de petróleo que luego de la recuperación de la demanda ha generado un desbalance energético y, por ende, una fuerte subida en el precio.
Invasión de Rusia a Ucrania
Por último, la invasión de Rusia a Ucrania y las consecuentes sanciones económicas impuestas por los países miembros de la OTAN han agravado aún más el espiral inflacionario.
El precio de los commodities de energía, minería y alimentos han acelerado enormemente su subida.
Por ejemplo, el petróleo y el trigo han subido 50% en lo que va del año. En este caso, también es difícil pensar que ello se va a solucionar rápidamente, pues independientemente de qué tanto pueda durar el conflicto. Gran parte del daño ya está hecho.
La infraestructura ucraniana ha sufrido serios daños y, al mismo tiempo, gran parte de la mano de obra ha dejado el país. Con ello, la posible recuperación de la producción tomará aún bastante tiempo.
Por el lado de las sanciones es difícil pensar que ellas se levantarán pronto y más bien deberíamos esperar es más restricciones en el comercio global, más escasez de muchos insumos claves para la cadena productiva global.
Por ejemplo, entre Rusia y Ucrania producen el 25% de la producción mundial de trigo: el 50% de la energía que consume Europa viene de Rusia. Rusia produce el 25% de ciertos insumos claves para la producción de fertilizantes, etc.
La FED ya anunció que a pesar de todo lo expuesto va a continuar con el retiro de estímulos monetarios, lo que podría ser muy peligroso, pues no solo no va a poder controlar la inflación, sino que podría poner un freno importante al crecimiento económico y, con ello, la economía podría caer en una estanflación.
Columna de opinión publicada en el diario “El Comercio”
Noviembre 25th, 2021 by Diego Marrero
En los últimos años, la economía global experimentó un proceso deflacionario muy marcado y prolongado. Hoy, hay riesgos inflacionarios.

¿Por qué se vivía un proceso deflacionario antes de la pandemia?
La globalización y las innovaciones tecnológicas generaron una importante reducción en los costos de producción y distribución, así como un crecimiento económico con baja inflación.
Inclusive, la gran emisión de dinero por parte de los bancos centrales de los países desarrollados para reactivar la economía luego de la recesión del año 2008 nunca se tradujo en un desborde de la inflación, sino todo lo contrario: la inflación estuvo ausente.
Ahora hay riesgos inflacionarios
Actualmente, nos encontramos en un ciclo económico distinto, en donde las presiones inflacionarias han resurgido.
Desde principios de este año, con el despliegue de la vacunación y, con ello, el fin de las restricciones de movilidad y las cuarentenas en los países desarrollados, las empresas enfrentaron cuellos de botella en la cadena de suministros, destacando la producción de microchips, lo cual hasta el momento ha generado escasez y, por ende, inflación.
De otro lado, los subsidios al desempleo junto con las restricciones laborales a los no vacunados han generado una escasez de mano de obra y, con ello, una fuerte presión en los costos laborales que se traduce en una mayor presión a la inflación.
Adicionalmente, la subinversión en las industrias de energía y minería en los últimos años, producto de exigencias medioambientales, está generando una menor oferta de petróleo, gas y metales. Y, ante la mayor demanda global luego de la reapertura económica, el desbalance ente la oferta y la demanda está generando una fuerte subida en los precios de las materias primas y, consecuentemente, una fuerte presión en la inflación global.
Por último, la desbordante inyección de liquidez por parte de los bancos centrales de los países desarrollados y la también descomunal política fiscal expansiva de EE. UU. le dan otro impulso adicional a la inflación.
Un mundo diferente al de antes del COVID-19
Con todo esto, las fuerzas inflacionarias superan enormemente a las deflacionarias, por lo que podríamos encontrarnos en un mundo muy diferente al de antes de la pandemia.
Sin embargo, es importante entender que no necesariamente estas presiones inflacionarias son permanentes. En la medida en que la economía se vaya normalizando, la inflación debería moderarse, pues casi todas las presiones inflacionarias son transitorias.
También es importante entender que las presiones inflacionarias son de oferta y no de demanda, por lo que no pueden ser corregidas con políticas monetarias restrictivas.
Por este motivo es muy posiblemente que la FED no sea muy agresiva en el retiro de estímulos monetarios como muchos inversionistas temen. No solo no será más moderada porque no tiene la capacidad de limitar los factores inflacionarios de oferta, sino además que estos mismos factores que están ocasionando la inflación son factores recesivos y afectan negativamente el crecimiento.
Las políticas económicas no deberían apuntar a frenar más la economía cuando ya de por sí hay fuerzas que la están presionando, pues se podría caer en el riesgo de una estanflación.
Columna de opinión publicada en el diario “El Comercio”
Octubre 26th, 2021 by Diego Marrero
La economía pudo asimilar bastante bien los estímulos y el optimismo continuó; sin embargo, en el camino, el gran obstáculo es la disrupción en la cadena productiva que se está generando.

Luego de la gran crisis económica causada por los efectos negativos del COVID-19, la economía de EE. UU. tuvo un rápido rebote, para después entrar en una senda de crecimiento sostenido.
Una parte de la explicación fue el efecto de la apertura económica luego de las cuarentenas, pero más importantes fueron los descomunales estímulos económicos, tanto por el lado monetario como por el fiscal.
La disrupción en la cadena productiva
La economía pudo asimilar bastante bien los estímulos y el optimismo continuó; sin embargo, en el camino, el gran obstáculo es la disrupción en la cadena productiva que se está generando, principalmente por tres canales:
Primer canal: escasez de los semiconductores, componente clave en la industria de productos electrónicos
Una explosión de demanda de teléfonos inteligentes, equipos de red 5G y componentes tecnológicos más avanzados por parte de los consumidores en todo el mundo significó que los fabricantes de chips tuvieran dificultades para cumplir con los pedidos de los fabricantes de diversas industrias como automóviles, electrodomésticos, etc.
En un primer momento se pensaba que estos cuellos de botella en el abastecimiento podrían ser temporales; sin embargo, la escala de la interrupción muestra una seria vulnerabilidad de los fabricantes a cualquier interrupción en una cadena de suministro de semiconductores, dominada por unos pocos jugadores.
La escasez de este importante insumo está desequilibrando cadenas de producción enteras. Por ejemplo, la producción de automóviles de EE. UU. bajó un -7.2% en septiembre, ya que la escasez de chips impidió que las compañías automotrices aumentaran la producción en respuesta a un aumento en la demanda.
Segundo canal: escasez de mano de obra en EE. UU.
En parte la escasez se debe al fortísimo incremento de la demanda de mano de obra, luego de la apertura económica poscuarentena.
Si bien muchos de los puestos de trabajo eliminados durante la cuarentena, producto del cierre de plantas y negocios, se repusieron rápidamente, la necesidad de mano de obra como consecuencia del desborde de la demanda de bienes y servicios por parte de los consumidores fue demasiada.
Adicionalmente, hubo una contracción de la oferta de mano de obra, pues muchas personas decidieron salir del mercado laboral por las siguientes razones:
1) Los subsidios económicos por parte del gobierno fueron un incentivo muy fuerte para no regresar a trabajar.
2) La percepción de riesgo por la segunda y tercera ola de la pandemia.
3) El cierre de las escuelas forzó a muchos padres a quedarse en casa para atender a sus hijos.
Tercer canal: política “CERO COVID”
En algunos países, principalmente China, está generando el cierre de varios puertos y almacenes que son claves para el comercio exterior.
Estos factores, además de generar una fuerte traba en el crecimiento económico, están generando también presiones inflacionarias.
En la medida en que estos factores se normalicen, deberíamos ver también una menor inflación global y un mayor crecimiento económico.
Columna de opinión publicada en el diario “El Comercio”
Octubre 1st, 2021 by Diego Marrero
La fuerte tormenta que experimentó el mercado financiero global la semana pasada fue ocasionada por los desbalances financieros de Evergrande, que con un tamaño de US$300 mil millones es uno de los desarrolladores inmobiliarios más grandes de China.

La capacidad de Evergrande para hacer frente a sus obligaciones de corto plazo se puso en duda y ello generó una crisis de liquidez que se expandió globalmente, con fuertes caídas en los índices bursátiles.
Expectativas ante situación de Evergrande
En el corto plazo, los inversionistas están a la expectativa de qué es lo que hará el gobierno chino con este fondo privado: ¿lo dejará caer o hará un rescate financiero?
Muchos inversionistas están haciendo una comparación entre el posible colapso de Evergrande con el de Lehman Brothers, lo que ocasionó la debacle del mercado financiero global en el año 2008.
Pienso que no es del todo correcto comparar ambos eventos, pues Lehman era uno de los principales intermediarios financieros globales y un banco de inversión que contaba con una extensa red de acreedores, lo que constituía un enorme nivel de riesgo de contraparte.
Por el contrario, siendo el mercado inmobiliario chino extremadamente fragmentado, el peso que tiene Evergrande sobre este es marginal y, al mismo tiempo, su exposición como riesgo de contraparte está mucho más acotada a China.
¿Cuál sería el impacto de esta coyuntura?
Si bien el impacto no debería ser sistémico, sí es probable que, si no es manejado adecuadamente por parte del gobierno chino, el impacto podría ser considerable.
Hay varios otros promotores inmobiliarios chinos en una posición financiera similar a la de Evergrande, por lo que el mercado financiero podría restringir la liquidez y acelerar su caída también, generando un efecto contagio.
Adicionalmente, la incapacidad de Evergrande para vender sus activos inmobiliarios a otros desarrollares para hacer frente a sus problemas de liquidez genera muchas dudas sobre la calidad de dichos activos, así como de la solidez del sistema inmobiliario chino.
¿Qué decisión podría tomar el gobierno chino?
A pesar de que el gobierno se ha manifestado en contra de los rescates financieros a instituciones privadas, es poco probable que se mantenga firme en ello y lo deje caer.
Además, la prioridad política del gobierno es proteger a los compradores de vivienda que han pagado a Evergrande por ellas, pero aún no las han recibido.
Si la intervención estatal es exitosa, el impacto negativo en los mercados financieros podría disiparse rápidamente.
Sin embargo, a mediano plazo, el impacto debería ser una desaceleración significativa en el sector inmobiliario chino, incentivada por una regulación más estricta por parte del gobierno.
Ello tendría un impacto negativo en las perspectivas de crecimiento no solo de China, sino a nivel global, pues este sector ha sido en los últimos años un importante motor de crecimiento para la economía global, así como para la subida en el precio de los metales industriales.
La política económica china ya había virado hace varios años hacia una mayor estabilidad financiera, sacrificando inclusive el crecimiento económico. Este evento podría acelerar aún más esta tendencia.
Columna de opinión publicada en el diario “El Comercio”
Septiembre 2nd, 2021 by Diego Marrero
¿Qué acciones tomará la Reserva Federal (FED) ante la inflación en Estados Unidos?

Luego de que la economía de EE. UU. superó casi por completo los estragos negativos ocasionados por la crisis del COVID-19, sus indicadores económicos se ven bastante robustos.
Indicadores económicos robustos en EE. UU.
El crecimiento esperado del PBI está por encima del 6%, el desempleo se encuentra en niveles muy controlados, la actividad industrial está nuevamente en máximos y, por el lado corporativo, las utilidades de las empresas reflejan también condiciones muy favorables.
Los índices bursátiles reflejan también mucho optimismo, pues se encuentran en máximos históricos.
Inflación se encuentra sobre el 5% en Estados Unidos
Por otro lado, el riesgo viene por el incremento acelerado de la inflación, que ya se encuentra sobre el 5%, un nivel preocupante, muy por encima del rango considerado aceptable por la FED.
Ello ha generado mucha preocupación entre los inversionistas, pues muchos piensan que, ante la tendencia, es momento de que la Reserva Federal comience a actuar para controlarla. Y esto significa el retiro de los estímulos monetarios, que fueron tan necesarios para sostener la economía.
¿Qué tan probable es el retiro de estímulos de la Reserva Federal?
Este posible retiro de estímulos significaría un incremento en las tasas de interés y, con esto, una fuerte presión para los mercados financieros, los cuales están sostenidos en gran parte por la enorme cantidad de dinero que la FED ha inyectado en los últimos años.
Sin embargo, es probable que ello no ocurra tan rápido:
- En primer lugar, porque aparentemente no existe consenso por parte de los miembros de la Reserva Federal y se refleja claramente en las minutas de las últimas reuniones.
- En segundo lugar, todavía no existe una claridad sobre el alcance de la tercera ola del COVID-19 y, por ende, la necesidad de continuar sosteniendo la economía con estímulos en los próximos meses.
- En tercer lugar, dado que la FED cambió en su marco de política monetaria al adoptar oficialmente el “objetivo de inflación promedio”, dejando de lado su enfoque anterior de “metas de inflación”, donde siempre apuntaba a una inflación del 2%. Esto le daría mucho más margen de maniobra para tolerar niveles de inflación más altos, sobre todo, porque la inflación se ha encontrado por debajo de 2% durante muchos años.
Rebote podría ser transitorio
Al analizar los componentes de la inflación, hay muchas razones para pensar que el rebote podría ser transitorio.
Por ejemplo:
- El desabastecimiento global de los microchips, producido por la redistribución de su demanda durante la pandemia, ocasionó serías disrupciones en la cadena de suministros de muchos productos, generando una escasez temporal y una consecuente subida en los precios.
- El fuerte incremento en el precio de los vehículos usados es principalmente consecuencia de un efecto base, pues el año pasado el precio cayó fuertemente por la gran oferta puesta en el mercado por las empresas de alquiler de autos, ante una menor demanda esperada.
- La reapertura económica de muchos estados generó que el precio de muchos rubros tenga un rebote muy fuerte, lo cual es un efecto base no repetible.
La reapertura económica de muchos estados generó que el precio de muchos rubros tenga un rebote muy fuerte, lo cual es un efecto base no repetible.
Columna de opinión publicada en el diario “El Comercio”
Marzo 31st, 2021 by Diego Marrero
Economía de Estados Unidos. Joe Biden apostaría por reavivar una economía de “alta presión”.

El año 2020 podría ser recordado como el año más volátil de la historia. Los mercados financieros tuvieron abruptas caídas producto de los efectos negativos del COVID-19.
Sin embargo, la gran magnitud de estímulos por parte de los gobiernos logró sostener a las economías mientras se desarrollaban las vacunas.
Economía de Estados Unidos
Después de una gran expectativa sobre la recuperación de la economía de EE. UU., la cual muestra señales muy sólidas de crecimiento, y con el despliegue de las vacunas sumado a una política monetaria expansiva, el momentum de crecimiento era muy potente.
Sin embargo, recientemente se aprobó un paquete de gasto fiscal por un monto de $1.9 trillones.
Joe Biden planea otro gran paquete de inversión pública que tiene como objetivo abordar el cambio climático, mejorar la infraestructura y renovar la educación.
El objetivo parece ser reavivar una economía de “alta presión” generando un crecimiento por encima de las capacidades del país y un desempleo por debajo del natural.
Para mantener esas condiciones, ejecutará políticas fiscales hiperexpansivas, sin tener en cuenta el impacto de ello en la inflación.
FED modificó objetivo de inflación
La FED, por otro lado, ha modificado su objetivo de inflación, como tradicionalmente se conocía, y ha cambiado hacia una inflación objetivo “promedio”.
De esta manera, hace entender que está dispuesta a dejar subir a la inflación más allá de lo que anteriormente consideraba alta, siempre y cuando espere que se modere en los siguientes periodos.
Así es que un rebrote fuerte de inflación podría ser promediada con una moderación en el futuro (no especificado) y, por consiguiente, no tendría que modificar el ritmo de la política monetaria.
Adicionalmente, hace algunos meses se escucha en las declaraciones de la FED objetivos más subjetivos para la definición de la política monetaria. Por ejemplo, el impacto del calentamiento global o el desempleo de minorías raciales.
El riesgo de la inflación
Con una FED bastante más permisiva sobre el control de la inflación y el gobierno de Biden hiperestimulando la economía, el riesgo que aparece es de la inflación.
El exceso de gasto debería tener un impacto en la inflación de largo plazo.
Los estímulos masivos que se han puesto en marcha durante la pandemia no han generado ningún indicio de inflación aún. Sin embargo, la sobreestimulación parece ser un experimento económico bastante arriesgado que podría traer efectos desastrosos en el futuro.
Por el lado del mercado financiero, el incremento en las expectativas de la inflación ha generado un gran miedo, lo cual se dejó sentir rápidamente en caídas en las bolsas.
En caso se materialice una mayor inflación, las tasas de interés de mercado van a subir, pues los inversionistas de renta fija tendrán que demandar una mayor tasa nominal como compensación al riesgo de que haya una subida de la inflación.
Asimismo, una subida en las tasas de interés significa una revisión a la baja en las valorizaciones de las acciones y, con ello, casi todos los activos financieros.
Columna de opinión publicada en el diario “El Comercio”
Enero 28th, 2021 by Diego Marrero
Luego de uno de los años más complicados de la historia para los mercados financieros, el año 2020 terminó con un balance bastante positivo. ¿Qué perspectivas económicas se avizoran?

Hacia el final del año, los precios de los activos financieros reflejaron un gran optimismo, el cual continúa y muy probablemente se mantendrá este 2021.
Perspectivas económicas favorables por vacuna
En primer lugar, se mantienen las expectativas favorables sobre la efectividad y el despliegue de las vacunas contra el COVID-19.
Si bien existe el riesgo de que exista alguna mutación del virus inicial, hasta el momento no hay ninguna evidencia que las vacunas aprobadas no sean efectivas para ello.
En la medida en que en el mundo desarrollado el despliegue se realice en la primera mitad del año y, luego de ello, lo mismo suceda con la gran población de los países emergentes, las aperturas económicas y la consecuente recuperación de la producción generarán un gran impulso económico.
Nueva norma: políticas keynesianas
Adicionalmente, se concretó el tan negociado y esperado paquete de estímulo fiscal en EE. UU. por cerca de 2 trillones de dólares.
Con ello se podría asegurar que habrá suficiente estímulo fiscal en la economía más grande del mundo mientras los diversos estados del país se siguen debatiendo entre cierres económicos y aperturas, dándole así suficiente oxígeno al consumo interno.
Al mismo tiempo y, en esa línea, la nominación de Janet Yellen como secretaria del Tesoro de Estados Unidos da mucha tranquilidad sobre un manejo fiscal prudente, pero al mismo tiempo expansivo.
Asimismo, se espera que las mismas políticas keynesianas serán vistas como una nueva norma por los gobiernos de Europa y la mayoría de las economías emergentes.
Disminución de riesgo de aumento de tasas de interés
Por otro lado, el riesgo de cualquier aumento en las tasas de interés se ha reducido considerablemente.
La combinación de un compromiso implícito aún más fuerte por parte de los bancos centrales con un nivel de tasas de interés de cero y una mayor tolerancia a niveles de inflación más altos de lo esperado aseguran una continuación de una política monetaria expansiva.
Ello significa más estímulo a la economía real a través de crédito barato por un buen tiempo. Al mismo tiempo, una justificación para valorizaciones más elevadas de los activos financieros.
Luego del resultado final de las elecciones del Senado en EE. UU., en donde se confirma un equilibrio de poderes, se redujeron considerablemente los riesgos de ejecución de las propuestas más radicales por parte del partido demócrata.
Guerra Comercial entre EE. UU. y China
Por el lado de la guerra comercial entre EE. UU. y China, si bien se espera que pudiese continuar, es muy probable que bajo la administración de Biden se modere.
En general, se podría esperar que Biden estará motivado por preocupaciones de derechos humanos, por la presión de los sindicatos y por los intereses de los aliados asiáticos, más que por las motivaciones de Trump.
Columna de opinión publicada en el diario “El Comercio”