El impacto económico del coronavirus podría cambiar materialmente las perspectivas de crecimiento global.

Impacto económico del coronavirus

Crecimiento económico

Decía Winston Churchill que los economistas dedican gran parte de su tiempo tratando de predecir qué es lo que va a pasar con la economía. Y luego de ello, dedican el mismo tiempo para explicar por qué no pasó lo que dijeron que iba a pasar.

Cuando se proyecta el crecimiento económico, siempre se incorpora la existencia de ciertos riesgos que pueden sesgar el resultado hacia el alza o hacia la baja.

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Proyección del crecimiento económico para este año

Por ejemplo, para este año, el consenso de economistas esperaba un crecimiento mundial de 3.1%, con un rango entre 2.3% y 3.7%.

Es decir, los menos optimistas proyectaban un crecimiento de 2.3%, sustentado en supuestos menos optimistas para la economía de EE. UU., en donde el riesgo de rebrote de la inflación podría obligar a la FED reducir los estímulos monetarios frenando así el crecimiento económico o también en una desaceleración de la economía China, producto de una guerra comercial más intensa.

Por otro lado, los economistas más optimistas proyectaban un crecimiento más cercano al 3.7%, sustentado en que la economía de EE. UU. iba a continuar el fuerte momentum de crecimiento y que más bien, una moderación en la guerra comercial y una continuación de los estímulos monetarios iban a proveer un impulso adicional a la robustez de la economía.

Impacto económico del coronavirus 

Luego de las terribles cifras de contagio del coronavirus (1,116 víctimas mortales y 45,000 infectados) que crecían a tasas exponenciales durante las primeras semanas, afortunadamente se ha desacelerado en estos últimos días, con lo cual se podría esperar que la propagación del virus podría estar controlándose.

Las drásticas medidas implementadas por el gobierno chino para aislar la propagación, como frenar el tránsito entre las regiones afectadas, cancelar vuelos y trenes, y cerrar autopistas, están teniendo resultados.

Asimismo, otros países como EE. UU. restringieron los vuelos a China y de manera preventiva restringiendo los envíos de productos de esta región.

Por el lado humano, lo peor ya está sucediendo. Sin embargo, el impacto económico es importante y por ahora difícil de cuantificar. China aporta más del 30% del crecimiento mundial, y ha estado por lo menos 2 semanas detenido.

Si China se detiene 1 semana estamos hablando del 0.3% del PBI del mundo y es imposible que al día siguiente veamos niveles normales de producción.

Se espera que el crecimiento chino disminuya en aproximadamente un 2% durante el primer trimestre, con una recuperación en el resto del año.

Sin embargo, China está destinando una gran cantidad de recursos para contrarrestar los efectos negativos en la economía:

  • Paquete fiscal de US$ 10 mil millones. 
  • Disminución de la tasa de interés para reactivar la economía.
  • Inyección de US$ 21 mil millones en estímulos monetarios.
  • Reducción de aranceles con EE. UU., etc.  

Estos impulsos son bastante importantes y podrían mitigar en gran medida las pérdidas económicas. En la medida en que el virus pueda ser contenido y que los estímulos económicos funcionen, es posible que esta caída en la activada económica sea temporal y que la economía global pueda retomar la senda de crecimiento económico.

Columna de opinión publicada en el diario “El Comercio”