Aun cuando se esperaban datos menos alentadores, los indicadores apuntan a que, en lo sucesivo, se continuarán reduciendo las cifras inflacionarias.

Al cierre de junio, las acciones de EE. UU. denotaban unos de los peores inicios de año en términos de retorno de los últimos 70 años. La caída de aproximadamente 20 % era explicada por el temor a una recesión económica y por una política monetaria restrictiva. Esta política trataría de batallar con las cifras inflacionarias más altas en las últimas cuatro décadas. Sin embargo, estos miedos se han venido moderando.

Un cambio de la expectativa

El dato de la inflación de EE. UU. publicado en julio fue de 8.5 %; si bien dicho número sigue siendo alto relativamente a los últimos 40 años, muestra no solo una reducción frente al mes anterior (9.1 %) sino que, también, se encuentra por debajo del estimado de la mayoría de analistas.

Ante ellos, los mercados reaccionaron positivamente, pues además de ser un dato menor al esperado, este podría validar la tesis de algunos otros economistas que sostenían que la inflación ya debería haber llegado a su pico, y en los sucesivos meses deberíamos ver datos menores. Ello tendría una implicancia muy relevante para las perspectivas económicas, y para la política monetaria de la FED, quien, con su política monetaria restrictiva, subiendo la tasa de interés, está intentando contener la inflación. La política monetaria contractiva, implicaba un incremento en el costo de créditos e hipotecas, un freno al consumo y, por ende, al crecimiento económico

¿Y si se reduce la inflación?

Un menor nivel de inflación da la esperanza al mercado de que la FED podría poner una pausa a su política monetaria contractiva. Con ello, y además con una moderación en el precio del petróleo (el cual ya está muy por debajo de los niveles máximos que se alcanzó en la primera mitad del año), y con una menor presión en la cadena de suministros global con apertura de la economía china, la inflación podría converger a un nivel cercano a 4 %.

La expectativa de crecimiento para la economía más grande del mundo ha marcado claros retrocesos. Sin embargo, luego de los resultados alcanzados a nivel microeconómico, con un mercado laboral que se muestra muy resiliente y con un menor riesgo de incremento de tasas de interés, es posible que las expectativas de crecimiento económico mejoren para los siguientes meses y que el riesgo de recesión disminuya.

Columna de opinión publicada en el diario “El Comercio”