¿Eres perfeccionista en el trabajo? Perseguir los mejores resultados habla muy bien de ti, pero una autoexigencia muy alta podría no ser lo más indicado para tu crecimiento profesional. Por ello, hoy compartimos algunos consejos importantes para manejar el perfeccionismo en el día a día laboral.

El perfeccionismo laboral no es necesariamente bueno

Existe la creencia de que el perfeccionismo es una cualidad muy deseable en un perfil profesional. De hecho, es probable que alguna vez te hayas sentido tentado(a) a decir que eres perfeccionista en alguna entrevista laboral.

Sin embargo, de acuerdo con El País, diversos estudios realizados entre 1980 y la actualidad, indican que los perfeccionistas tienden a ser inflexibles consigo mismos y el resto, elevando así su nivel de estrés y estancando su productividad.

Por otro lado, según BBC, los psicólogos Emily Kleszewski y Kathleen Otto, de la Universidad de Marburgo (Alemania), identificaron que las personas prefieren colegas con expectativas más realistas para ellos y el equipo.

¿Qué desventajas trae el perfeccionismo?

Un perfeccionismo mal enfocado podría ocasionar que no te sientas satisfecho con tu trabajo y lo sobreanalices. Según Utopía Consultores, las consecuencias negativas de esto serían:

  • No cumplir con las fechas de entrega por “darle vueltas” una y otra vez a tus pendientes.
  • Generar adicción al trabajo, ya que podrías dedicar varias horas extras a reajustar tus entregables.
  • No pedir apoyo o no delegar por creer que solo tú serás capaz de hacer las tareas lo mejor posible.
  • Ser muy crítico e inflexible con tus errores y los del resto.
  • Tener posibles conflictos con tus compañeros, jefes o clientes a causa de los puntos anteriores.

Asimismo, Gestión agrega otras desventajas como:

  • Ser perfeccionista no siempre genera más impacto. Si el resultado es “bastante bueno” o “excelente”, la diferencia no se notará.
  • Por estar en busca de la perfección, pierdes la oportunidad de hacer algo más productivo que contribuya a tu desarrollo profesional.
  • Dilatas el tiempo por encontrar constantemente detalles que te hacen demorar y que sabotean tu avance.
  • Al sentir que debiste hacer las cosas mejor, podrías frustrarte.

Entonces, ¿cómo evitar que el perfeccionismo sea un problema? Algunas recomendaciones

PsicoGlobal propone lo siguiente:

  • No planifiques demasiado: Es bueno organizarte, pero si te detienes en definir “el mejor plan”, nunca comenzarás a avanzar.
  • No olvides que todos podemos equivocarnos: Si le temes mucho a los errores, trabajarás con lentitud e inseguridad.
  • Ponte límites de tiempo para cada actividad: De ese modo, sabrás que no podrás excederte por más ganas que tengas de seguir ajustando detalles.
  • Hacer las cosas “bien” es mejor que “perfectas”: Así podrías cumplir tus objetivos sin complicar tu día buscando la perfección.

Asimismo, Área Humana recomienda:

  • Identificar los “deberías” en tus pensamientos: Transformarlos en “me gustaría”, “quisiera” o “preferiría” para no caer en la ansiedad.
  • Evitar el extremismo: No veas tu trabajo en términos absolutos como todo o nada, excelente o pésimo. Trata de disfrutar lo que haces en lugar de estresarte por mejorarlo interminablemente.
  • Ser más realista: Convierte tus estándares perfeccionistas en metas alcanzables y más flexibles.

Si manejas el perfeccionismo, tu entusiasmo por buscar la excelencia dejará de ser un obstáculo y se convertirá en un aliado para perseguir tus objetivos profesionales. ¡Mucha suerte!