Una tendencia secular es una tendencia que lejos de ser cíclica o pasajera, llega para quedarse por un largo periodo de tiempo. Estas tendencias generan cambios importantes en las sociedades y afectan el comportamiento de las personas, haciendo que lo tradicional deje de ser la norma y con ello surgen nuevas costumbres y comportamientos. Estas a su vez pueden cambiar dramáticamente la forma de hacer negocios y por ello es fundamental estar atento a ellas para desarrollar una estrategia de inversión a largo plazo. Ejemplos de tendencias seculares incluyen el envejecimiento de la población (que tiende a tener hábitos de gasto y ahorro diferentes de una población más joven), la expansión de una tecnología en particular (como Internet) y la fuerte dependencia de ciertos productos básicos (como el petróleo).

En el pasado vimos por ejemplo cómo los modelos de negocios de grandes empresas como Kodak o Xerox fueron fuertemente afectados por la tendencia de digitalización que cambio dramáticamente los patrones de consumo y por ende la demanda de productos tradicionales de dichas empresas.  Actualmente son varias las tendencias seculares que están empezando desde algunos años atrás a forzar a las empresas a reformular sus modelos de negocios con el surgimiento de los denominados modelos disruptivos, que están causando en algunos la debacle de grandes corporaciones.

Un ejemplo actual es el reacomodo en los modelos de negocios en el sector retail como consecuencia del surgimiento del comercio online. Como consecuencia, las empresas tradicionales tienen que adaptarse para poder sobrevivir, mientras que las que no lo logran, tenderán a desaparecer. Pero al mismo tiempo, esta tendencia genera una serie de oportunidades para empresas que son capaces de tomar ventaja de estas tendencias, como por ejemplo las empresas de servicios logísticos y de transporte.  Las nuevas reglas del comercio demandan nuevas formas de almacenar y distribuir los productos que demandan los consumidores.

Por el lado de la tecnología, el surgimiento del “cloud computing” está cambiando la forma como las compañías manejan su información y con ello presentando grandes retos para empresas tradicionales del sector como IBM están sufriendo las consecuencias. Al mismo tiempo, ello está generando el surgimiento de una serie de empresas de tecnología que pueden proveer los nuevos servicios demandados que surgen de esta nueva tendencia.

Junto con el surgimiento de las redes sociales y la tendencia de los consumidores a utilizar dispositivos móviles, también se está transformando la forma como las empresas se comunicación con sus clientes, ello genera el surgimiento de una serie de negocios que están tomando ventaja, como por ejemplo las fintech. Por el lado de la energía, el surgimiento de nuevas tecnologías denominadas “limpias”, así como la tendencia de buscar la eficiencia energética están reformulando la industria petrolera tradicional.

 Estos cambios estructurales en la forma como las empresas hacen negocios y los tipos de bienes y servicios que se demandan, han llevado a que empresas que están posicionadas para beneficiarse de estos cambios tengan un rendimiento superior al de empresas que no están ligadas a estos cambios. Esto se debe por dos motivos; primero porque han visto mejores resultados en sus utilidades, relativo al resto del mercado; y en similar forma, porque los prospectos de inversión se han vuelto atractivos y por ello, muchos inversionistas buscan tener una participación en este futuro crecimiento. Por ejemplo, un estudio de AXA Investment Management muestra que las empresas que se benefician con estos cambios han tenido un rendimiento acumulado a 5 años un 31% superior al de empresas que hacen negocios en las áreas de la economía que serán remplazadas. Si creemos que estas tendencias seguirán, esta diferencia en los rendimientos debería ampliarse en los próximos años.

Artículo publicado en El Comercio.