El 2018 arranco como un año con buenas expectativas de crecimiento económico, esta vez sincronizando a nivel global. Se esperaba que las mayores economías y regiones muestren crecimiento. Esta perspectiva fue reforzada a inicios de años con una expectativa del Fondo Monetario Internacional que pasó de un 3.7% a 3.9%. Sin embargo, a medida que el año se fue desenvolviendo, cambios de política, presentan un riesgo que pueden impactar el crecimiento global.

Estados Unidos empezó el año con una expectativa de un impulso fiscal por recortes en impuestos, así como mayor gasto en sectores claves como infraestructura, lo que ayudaría a extender la expansión que lleva la economía. Sin embargo, las expectativas de impulso fueron frenadas por los anuncios de incremento en los aranceles y de renegociación de los principales tratados comerciales por parte de EEUU, generándose el riesgo de que disminuya el comercio global, se incrementen los costos de producción y se vuelva menos eficiente la economía.

En esta línea, el incremento de las tensiones comerciales es uno de los principales riesgos para Europa, pudiendo mermar las expectativas de crecimiento para la región. Esto dependerá de si es que tras las respuestas europeas a las barreras arancelarias impuestas al acero por el gobierno de Trump; escalan a productos de mayor relevancia para la eurozona, como autos y maquinaria. Adicionalmente en Europa, si bien hace un par de semanas, se evadió un impase político al constituir gobiernos en Italia y España, queda en cuestión la estabilidad y capacidad de mantenerse en el poder del nuevo liderazgo en ambos casos. En especial, existe el riesgo de que en Italia se desarrollen políticas que no continúe las reformas implementadas en el gobierno previo, o que incluso, vayan en sentido contrario, como impuestos más laxos y una tónica más aislacionista de la unión europea.

En el caso de mercados emergentes, se esperaba un crecimiento sano y sustancialmente mayor que el de mercados desarrollados. Se tenía incorporado que existía el riesgo de que subidas más aceleradas de la tasa de interés de referencia de FED y un dólar más fuerte, recorten el crecimiento para esta región en el 2018. Actualmente, los riesgos se han incrementado al igual que en las demás regiones, por medidas comerciales aislacionistas y confrontaciones comerciales. Estas medidas afectan sectores productivos de varios países; por ejemplo, entre el 30% y 40% del valor exportado de China a EE.UU. proviene del sudeste asiático. Adicionalmente, las elecciones en Latinoamérica, México y Brasil presentan riesgos a la continuidad de un modelo económico que impulse un crecimiento sostenible y una economía más competitiva.

Es este el panorama que contamos para la economía global para la segunda mitad del año. Riesgos que se han cultivado en movimientos y políticas que merman la competitividad y sostenibilidad del crecimiento económico. Los mercados se mantendrán expectantes en esta segunda mitad del año a como se van desenvolviendo estos cambios, de la mano que se espera que el crecimiento global repunte en este periodo.

Artículo publicado en El Comercio.