El título suena redundante, pero no lo es.  Muchas personas ahorran para su vejez, pero cuando ocurre “algo” usan ese dinero para otros fines.  Algunos deciden gastar el dinero en gasto corriente (para el día a día), otros en bienes de consumo (televisores, ropa, electrodomésticos), otros en viajes.  Otros deciden invertir en un negocio propio

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Ya señalé en mi post anterior que tener más de 65 años y no tener recursos para ser independiente económicamente no te permitirá ser independiente políticamente. Dependerás de terceros.  Eso nunca es bueno y menos cuando ya no tienes la fuerza para poder generar dinero a través de tu trabajo.  Por ello, es imperativo tener un fondo para la vejez, un fondo de largo plazo, diversificado, donde regularmente se hagan aportes que tengan una rentabilidad adecuada dado el riesgo del fondo.

La palabra diversificado es clave.  La diversificación mitiga el riesgo de que algo malo le pase a uno de los activos que posee el fondo.  No hay que tener todos los huevos en la misma canasta.  Si uno coloca su dinero en una cuenta bancaria, por ejemplo, no está diversificando su riesgo. Si algo le pasa al banco o al Fondo de Seguro de Depósito, uno puede perder todo o gran parte de su ahorro. Si uno decide lanzar un negocio no está diversificando su riesgo.  El 80% de los emprendimientos fracasan.  ¿Estamos para arriesgar nuestro fondo de vejez en un activo de riesgo, al todo o nada?

Por ello, aportar dinero regularmente a un fondo administrado por personas calificadas, que esté diversificado y obtenga retornos adecuados a largo plazo, dado el riesgo, es clave.  Y es que el dinero aportado a un fondo obtiene un mayor retorno de manera sostenida cuándo es a largo plazo y cuando no se toca. 

El famoso interés compuesto ayuda tremendamente.  Según Alberto Einstein, el interés compuesto es la octava maravilla del mundo.  Si yo invierto 10,000 soles y esta inversión crece 10% al año en 10 años tendré 25,900 soles.  Uno podría pensar que 10,000 al 10% al año da 1,000 soles por año para finalizar en 20,000 soles, pero es la magia del interés compuesto la que eleva el número significativamente. Si gano 10% de 10,000 tengo 1,000 de ganancia y sumo 11,000, pero para el siguiente año 10% de 11,000 ya es 1,100 de ganancia.  A más años, una determinada rentabilidad anual multiplica tu inversión de manera significativa.

Una amiga me preguntó hace poco. “Alberto, retiro mi dinero de mi fondo administrado por la AFP?” Le pregunté si tenía algún ahorro aparte de dicho fondo.  Me contestó que no.  “Si el dinero que tú has administrado a través de los años te lo gastas siempre y retiras el dinero del fondo de la AFP, obviamente también te lo gastarás. Es más, el hecho de que este sea tu único ahorro significa que el hecho de que el Estado no te haya permitido sacarlo ha permitido que tengas ese ahorro.”

Ahorremos para la vejez. No nos fijemos tanto en la rentabilidad de cada año sino en el retorno promedio anual del fondo en los últimos 5 años, 10 años, 20 años. El interés compuesto hace maravillas. Siempre habrá volatilidad en los precios y siempre habrá razones para querer disponer del ahorro de largo plazo, pero recuerda, “el ahorro para tu vejez debe guardarse para tu vejez”.