Hace varios meses nuestro mercado de capitales sufrió un episodio de gran estrés cuando estuvo a punto de que el MSCI deje de considerar a la bolsa peruana (BVL) como un mercado emergente y que lo reclasifique en tercera división como mercado frontera. La principal razón fue la baja liquidez, medida por el volumen de negociación. La noticia preocupó a muchos, y en un esfuerzo público-privado, liderado por la BVL, se puso en marcha un plan de trabajo que apuntaba a incrementar los volúmenes transados para evitar la reclasificación.

Finalmente, la BVL no fue reclasificada y la calma volvió a los mercados. Con un fuerte incremento en los volúmenes transados, ya respiramos más tranquilos, y el riesgo de reclasificación parece muy lejano. Sin embargo, es importante saber que la mejora en los volúmenes transados no se dio por el esfuerzo local, sino principalmente por razones externas. En primer lugar, los volúmenes de negociación han mejorado por un efecto precio, pues desde el año 2016, hasta la fecha, la BVL ha subido casi 90%. Con lo cual asumiendo que el número de acciones negociadas se mantiene, sólo por un efecto precio, el volumen total casi se ha duplicado. En segundo lugar, en los últimos meses ha habido un apetito muy fuerte por parte de los inversionistas globales hacia mercados emergentes en general, con lo cual los fondos han venido en una ola que benefició también a la BVL.

Lo que preocupa es que, de cambiar esta tendencia global, la BVL podría volver a estar casi igual de vulnerable que cuando estuvo al borde de la reclasificación, al no haberse implementado ninguna reforma relevante que pueda cambiar esa tendencia.

Resulta urgente y altamente importante mejorar el gobierno corporativo de las empresas que listan en la BVL. Ello es una gran tarea de largo plazo, en donde se requiere un esfuerzo conjunto del regulador y de los inversionistas quienes tienen que exigir el respeto hacia el accionista minoritario. Tendría que existir una penalización hacia las empresas que no tengan buenas prácticas de gobierno corporativo; por el lado del regulador mediante sanciones específicas y por el lado de los inversionistas mediante un mayor activísimo en las juntas de accionistas y también mediante la desinversión en las empresas cuyas prácticas de gobierno corporativo no sean sólidas. En la medida en que los inversionistas minoritarios sientan que tiene los mismos beneficios y derechos, tendrán mayor confianza en regresar a invertir en la BVL.

Por otro lado, es necesario incrementar el número de empresas que listen la BVL, con el fin de diversificar la representatividad de sectores, que actualmente cuenta con una alta participación de acciones mineras. La poca diversificación actual, hace que la BVL no sea representativa de la economía peruana. En este año, las únicas dos empresas peruanas que decidieron listar sus acciones en el mercado, descartaron hacerlo en la BVL y más bien decidieron tratar de hacerlo en la bolsa de New York. Por otro lado, hay empresas peruanas, que han decidido deslistar parte de sus acciones de la BVL, lo cual reduce el número de acciones que podrían negociarse en un futuro. 

Es necesario darle mayor profundidad a nuestro mercado de capitales, el cual será pieza fundamental para el desarrollo económico del país. En una coyuntura de mercado como la actual, en donde el apetito global por invertir en mercados emergentes podría ser visto como una oportunidad para las empresas locales de levantar capital en niveles atractivos.

Artículo publicado en El Comercio.

AFP Habitat