El año 2017 trajo una serie de riesgos y oportunidades para los mercados financieros. Los principales riesgos que estuvieron latentes fueron: incertidumbre con respecto a la política monetaria de EEUU; incertidumbre política en los países desarrollados, principalmente en Europa; preocupaciones sobre el crecimiento de la economía mundial, especialmente con respecto a China; y posibles conflictos bélicos entre EEUU y Corea del Norte. Lo curioso fue que, con excepción del último, estos mismos fueron también los que marcaron la pauta en la volatilidad del año anterior (2016).

Pero a pesar de estos riesgos, no menores, los mercados financieros tuvieron un excelente año en términos de retornos. Jugo a favor el hecho de que los principales riesgos no se materializaron, y al mismo tiempo que el crecimiento de la economía mundial fue mayor al esperado.

La FED realizó 3 subidas de tasas de interés en el año, y ello fue de acuerdo a lo esperado, y al mismo tiempo lo hizo en medio de un crecimiento cada vez más robusto de la economía de EEUU. Con respecto a la incertidumbre política en Europa, el riesgo se redujo considerablemente luego de las elecciones en Francia, en donde no solo se disipó el principal riesgo, que era que salga elegido un candidato de extremadamente disruptivo, sino que el candidato elegido, Macron, ha logrado un importante avance en términos de confianza empresarial y perspectivas de crecimiento para este país.  

Por el lado de los activos de renta variable, las fuertes ganancias se dieron en casi todas las regiones. Las bolsas que más subieron, fueron las de los mercados emergentes, las cuales fueron impulsadas principalmente por las mejores perspectivas de crecimiento de la economía global, recuperación del precio de los commodites y depreciación del dólar. En segundo lugar, destaca Europa, en donde el fuerte crecimiento se dio luego de las elecciones en Francia, y con ella la reducción del riesgo político en la región. Por el lado de EEUU, la bolsa acumula ganancias superiores al 20% impulsada principalmente por la solidez de la economía, mejores utilidades de las empresas y mejores perspectivas por la aprobación de la reforma tributaria.

En el caso de la renta fija, también se dieron fuertes ganancias, y ello se debió principalmente a que la menor percepción de riesgo global, redujo los spreads crediticios de casi todos los activos de riesgo, y con ello fuerte ganancias de capital para los bonos. 

Bajo la óptica de un inversionista con un horizonte de inversión de largo plazo, cada evento de volatilidad representó una oportunidad para rebalancear los portafolios de inversión, pues luego de cada caída, hubo una fuerte recuperación.

Para el próximo año, podría esperarse retornos bastante más moderados a los de los 2 años previos, pues gran parte de las mejores perspectivas para el crecimiento mundial, así como la menor ponderación de los principales riesgos ya está incorporado en el precio de los activos. El próximo año sería un año más difícil para encontrar retornos en muchos activos, los cuales de acuerdo a diversas métricas se encuentran fuera del rango de lo considerado barato.

Artículo publicado en El Comercio.