El Sistema Privado de Pensiones (SPP) administra cuatro tipos de fondos, uno de ellos está destinado a las personas que están a punto de jubilarse o pensionarse, por lo tanto, los afiliados tienen la posibilidad de escoger entre los otros tres tipos de fondo. Entonces, la pregunta que surge es: ¿qué tipo de fondo me conviene?

El afiliado debe responder varias preguntas, la primera y más básica es saber cuál es el horizonte de inversión, es decir, cuántos años le quedan hasta el momento que usará su fondo, sea para jubilarse, retirar el fondo e incluso aprovecharlo para el pago de la primera vivienda. Mientras mas años le queden, el afiliado podría apostar por un fondo más riesgoso que otro; por el contrario, si quedan pocos años entonces es mejor ahorrar en un fondo más estable y menos arriesgado.

También debe identificar la dependencia económica del fondo previsional, es decir, si la pensión futura depende solo del fondo ahorrado o quizás tenga otras inversiones, sea en propiedades, ahorros, un negocio, entre otros. En otras palabras, si el afiliado tiene un posible ingreso a futuro o no, es relevante para saber si debe ahorrar en un fondo más seguro o no.

Luego queda un aspecto más personal: la capacidad de afrontar riesgos; en este tema lo más recomendable es recurrir a algunas evaluaciones que las páginas web de las AFP ofrecen. A veces el afiliado piensa que, SI es capaz de afrontar riesgos, pero cuando sucede alguna caída de rentabilidad entonces surgen inquietudes mayores sobre la decisión, empiezan los temores sobre si el fondo se perderá o si debo cambiar a otro más tranquilo. Por eso es vital saber la capacidad de aceptar pérdidas sabiendo que en algún momento se recuperará o por el contrario, prefiere un fondo que siempre le dé tranquilidad.

Identificando estas preguntas entonces el afiliado podrá saber si le conviene invertir en un fondo más arriesgado cuyo retorno es a largo plazo, puede tener caídas prolongadas, pero ofrece la posibilidad de mejor rentabilidad en el tiempo. Por otro lado, existe otro tipo de fondo más estable, menos caídas y subidas abruptas, una rentabilidad moderada que le ofrece una tranquilidad mayor a quienes invierten en este modelo de fondo.

No existe el fondo perfecto para todos, por lo tanto, cada afiliado debe analizar su patrimonio, capacidad de riesgo y horizonte de inversión para saber cuál le conviene.